No es un adiós...

A veces en la rapidez de la vida, en el pasar de las historias da la sensación que no pasa el tiempo y en días como el del jueves es cuando nos hacemos conscientes que los días corren aunque no nos demos cuenta.

No hace tanto... (y resulta que ya han volado los años) que la puerta de nuestro Aula se abrió gracias a 4 alumn@s. Parece que fue ayer cuando A., S., Vidal y Luna entraron en nuestras vidas y resulta que nuestr@s niñ@s se han hecho mayores. 

Y es que no nos habíamos dado cuenta chic@s, ha sido tanto los momentos, lo aprendido, lo reido, lo llorado..., que hasta que en estos días no hemos preparado vuestra graduación no hemos sido conscientes que ya sois unos adolescentes.

El jueves fue un día de emociones a flor de piel y, vosotros los homenajeados, nos volvistéis a dar una lección de vida. 

Todo un colegio nervioso, toda la comunidad eductiva quiso estar ahí, vuestras familias en primera fila y los pañuelos preparados. Pero ahí estábais vosotros, una vez más, sentados frente a todos con la mejor de vuestras sonrisas.

Palabras, dibujos, gestos, bailes... que expresan la sensación agridulce de alegría y pena de que llegue este momento.

Aún tengo en mi mente a Julia, la directora, a la que se le amontonaban las palabras para deciros que voléis alto. No olvido a Silvia en todo momento a vuestro lado tomando vuestra mano, ni a Cristina con la lágrima desde que os acompañó hasta la puerta, pero con la sonrisa de los logros que habéis conseguido. Sonrío al recordar a Feli, colocando las becas y birretes; se me pone la piel de gallina al escuchar anécdotas y recuerdos de tod@s vuestr@s compañer@s y me toca tragar saliva y aguantar las lágrimas cuando revivo las palabras de Sara, nuestra-vuestra súper Sara.

La que escribe estuvo allí, y es que no podía faltar. Pero no penséis que fue por estar en la despedida, para nada, para mí fue un pequeño gesto de agradecimiento por hacerme crecer tanto. Abristéis la puerta de un aula y sin quererlo me habéis hecho aprender tanto...

Así que con lo que hoy cuento no quiero ni puedo sentirlo como un adiós, prefiero un 

GRACIAS Y HASTA SIEMPRE.