Agendar mola

 ¡¡Feliz 2024!!

El cambio de año, en muchas ocasiones, está lleno de rituales para pasar de manera adecuada al año nuevo: tomar las 12 uvas, llevar puesta ropa de color rojo, brindar con algo de oro en la copa, apuntarse al gimnasio y... COMPRAR UNA AGENDA. 

Hay que reconocerlo, tod@s buscamos en enero llegar a ser nuestra mejor versión y para ello intentamos establecer propósitos, fijarnos unas metas y ser más organizados. Por esa razón recurrimos a las agendas ya que como establece su definición en latín, agenda: cosas que se han de hacer. 

Y es que nosotras somos muy de planificadores y de listas de tareas, ya que nos ayudan mucho a poner en orden estas cabecitas locas.

Por éso, porque son tan necesarias para los adultos, ¿cómo no lo van a ser para l@s niñ@s, y más aún si tienen dificultades en funciones ejecutivas?

Sin embargo nos sorprenden razonamientos de compañer@s del tipo: mi alumno no necesita agenda porque entiende todo lo que le digo, sabe leer el horario, no le afectan los cambios de actividad o de rutinas, conoce perfectamente lo que vamos a hacer cada día...

Para nosotras el uso de agendas visuales en las clases es tan vital que lo fijamos como uno de nuestros imprescindibles en el decálogo de la entrada ¿Por dónde empiezo?

 Hoy nos queremos centrar en su principal uso que es el de ESTRUCTURAR EL TIEMPO.

Nosotras nos decantamos por agendas verticales y usamos pictos, pero en función de las características de cada niñ@ y de sus capacidades se pueden utilizar horizontales, con objeto real, fotografías, pictogramas o palabras escritas.

Además tenemos una agenda por cada alumn@ situada en un lugar visible en la que recogemos sus actividades, refuerzos y fotos de las personas con las que trabaja de manera más individualizada. 


Como véis ponemos dos tiras de velcro. En la de la izquierda está establecida la secuencia de actividades que compone la mañana y la tira de la derecha nos sirve para completar información. ¿Con qué cosas completamos? Pues vuelve a depender de cada niñ@: 

- A veces es con la foto de la profesional con la que va a estar

- Fijando el refuerzo que tiene en su tiempo de descanso o de premio 

- Concretar partes de una tarea, por ejemplo al hacer pis nos lavamos las manos.

Es un recurso muy válido para cualquier edad y contexto. Aquí tenéis un ejemplo de agenda de  Educación Primaria


Y para organizar una tarde en casa:



Lo que sí queremos destacar como imprescindible para que sea efectiva es que dediquemos un tiempo a montar la agenda con cada uno de l@s chic@s ya que a parte de hacer visible el paso del tiempo, lo haces partícipe de lo que va a pasar y de lo que se espera en cada momento y actividad de él/ella. 

Aquí os dejamos un ejemplo:

 


 

Agendar mola, pero os ANTICIPAMOS que la agenda visual tiene más usos ¿queréis que os contemos cuáles en una próxima entrada?

 


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